El 1 de noviembre, cuando celebramos la festividad de Todos los Santos, muchas familias se reúnen en torno a una mesa para compartir recuerdos y honrar a sus seres queridos. En los pueblos de Segovia, esta fecha va acompañada de una tradición gastronómica muy especial: el asado de pueblo. Y si hay un plato que brilla con luz propia en esta ocasión es el cabrito asado. Una delicia que conecta el presente con nuestras raíces más profundas.
Tradición que se saborea en cada bocado
El cabrito asado es mucho más que una comida, es una forma de mantener vivas las costumbres familiares. Desde siempre, en los pueblos de Segovia, el día de Todos los Santos se convierte en la excusa perfecta para encender el horno y disfrutar de un asado que tiene todo el sabor de la tierra. El cabrito, tierno y sabroso, nos recuerda aquellos días en los que nuestras abuelas lo preparaban con mimo, siguiendo recetas transmitidas de generación en generación.
¿Por qué elegir cabrito en esta festividad?
El cabrito asado es un plato que encarna la esencia de la gastronomía rural. Su carne delicada y su sabor suave lo convierten en una opción perfecta para disfrutar en familia. En Segovia, esta tradición está profundamente arraigada: el cabrito se cocina con paciencia, respetando el producto local y valorando la importancia de la calidad. En la festividad de Todos los Santos, reunirse en torno a un buen asado de cabrito es casi un ritual que celebra la vida y la unión familiar.
El cabrito de Dorea: un asado con alma rural
En Dorea, preparamos nuestro cabrito asado como manda la tradición, con ingredientes de primera y el respeto por las costumbres que nos han hecho quienes somos. Ya sea para disfrutar en familia o para sorprender a tus invitados en un día tan especial como el de Todos los Santos, nuestro cabrito lleva el auténtico sabor de los pueblos de Segovia directamente a tu mesa.
¡Este Todos los Santos, disfrutad de un auténtico asado de cabrito y vive la tradición segoviana en su máxima expresión!